Rincón literario y testimonial

Entre las comunidades costarricenses de origen chino existen personas que con gran orgullo y nostalgia han escrito historias acerca de sus ancestros o relatos de las diversas experiencias de migración e integración a la sociedad costarricense. Presentamos esas crónicas que visibilizan el esfuerzo de tantos inmigrantes que vivieron honestamente para brindar a sus familias un porvenir, pero que también aprendieron a amar su entorno y su gente.


Relato de inmigración

 

Nací el 19 de febrero del 1978 en Kowloon, Hong Kong, cuando Hong Kong aún estaba bajo régimen inglés. Mi papá había sido capitán en el ejército chino en la Segunda Guerra Mundial. Sí, él era muy mayor cuando se casó con mi mamá y en realidad nunca supimos su verdadera edad. Se había restado años 2 veces, cuando perdió todos los papeles por la guerra, y cuando vino a Costa Rica.

 

Durante la guerra, papi perdió a la primera familia, tuvo que dividir a los hijos de su primer matrimonio en diferentes países. También fue secuestrado por los japoneses, pero no lo mataron porque él era ingeniero, entonces más bien lo tuvieron de prisionero y lo utilizaron como inteligencia para el ejército.

 

El día que escapó lo tenían en un barco y él estaba con otro compañero chino. Se organizaron para huir: fueron al baño juntos y salieron de manera sorpresiva tirándose del barco para clavarse en el mar. Los japoneses les dispararon y había tiburones. El compañero de mi papá se escapó de los disparos, pero no de los tiburones. Murió en el mar. Sólo mi papá logró escapar.

 

Eso es sólo el relato de su escape, pero todas las vivencias de la guerra marcaron fuertemente a papi. De hecho, cuando estaba ya mayor, en Costa Rica, él aún tenía pesadillas y despertaba en medio de la noche a todos con sus gritos. A raíz de esto, acercándose 1997 se volvió como loco porque se aproximaba la reunificación de Hong Kong con China, y él tenía mucho miedo de lo que podría suceder bajo régimen chino. Entonces, se dio cuenta del Premio Nobel de la Paz que ganó Oscar Arias y que Costa Rica era un país sin ejército desde 1949 y, sin dudarlo, vendió todo lo que tenía y nos trajo a Costa Rica, a mi mamá, a mi hermana y a mí.

 

A diferencia de muchos chinos, en especial cantoneses, no vinimos a Costa Rica para buscar oportunidades de trabajo o dinero. Literalmente fue por la paz. Pero para lo que fue paz en un sentido colectivo para mi familia, para mí, como ser individual, fue el comienzo de una batalla sin fin.

 

Nos asentamos en Limón, vivimos allí un par de años cuando yo era bebé y luego nos trasladamos a San José.

 

En San José, como yo no hablaba español, a pesar de que tenía 8 años, me metieron a la escuela a primer grado. Entonces no solamente era diferente por ser china y no hablar el mismo idioma, sino también porque era la más grande de todos.

 

El bullying escolar me llevó a odiar mi identidad como china. Odié desde mi impedimento lingüístico, hasta mi aspecto físico, y eso me acorraló tanto socialmente como emocional y psicológicamente, hasta llegar a estudiar más allá de lo tangible. La segregación social me hizo hacer grandes preguntas, introspecciones y estudios de lo que sucedía en mí y en otros.

 

Luego siguieron mis hipótesis prematuras de que no somos este cuerpo. Empecé a mirar las personas no como de carne y hueso, sino de pensamientos, de sentimientos, y gradualmente cada vez veía más cosas dentro de ellas. Tanto vi, o, mejor dicho, busqué en silencio. Al final, se me hizo imposible pensar que somos esa piel que llevamos y eso fue el antecedente que me llevó al arte.

 

Art statement

 

Man Yu pinta para comunicar. Sus inicios en el arte se dieron justamente porque no conocía las palabras para expresar tantas cosas que tenía por decir. Pero lo que Man Yu tiene que decir trasciende el plano físico. No es lo que se ve lo que ella pinta; es lo que no se ve, lo que está debajo de la piel. A pesar de ello, la figuración no escapa de ninguna de sus obras, pues en su definición de lo invisible, lo visible es el límite que hace que la obra no sea infinita.

 

A través de lo que Man Yu comunica en sus obras, pretende que quienes entren a sus salones expositivos no sean las mismas personas al salir. Así, mientras sus creaciones son un trabajo de arte, sus exposiciones son un trabajo social. Los mensajes, en los cuales no falta el ingrediente humanista, espiritual, esperan suscitar la introspección en el espectador contemplativo quien empieza un proceso de cambio de manera muy sutil, en algún nivel de su existencia.

 

El trabajo actual de Man Yu se concentra aún más en esta parte intangible, originando una nueva línea aparte del hiperrealismo con el que se reconocen sus trabajos anteriores. Sin embargo, el elemento figurativo realista que caracteriza su obra no deja de destacar. Esto y la mezcla de técnicas tradicionales con las sutiles intervenciones de elementos tangibles que Man Yu adhiere, cose, incrusta en la pintura, la ubican en el contexto del realismo contemporáneo. Además, sus mensajes, cualquiera que fuera la época en la que viviera el público, responden a una realidad del momento, pues los conceptos que Man Yu trata, en su nivel más allá del plano físico, son libres de limitaciones geográficas o temporales, siempre contemporáneos al espectador.

 

La inspiración de Man Yu se origina en un lugar interior, en la meditación, en un viaje en lo profundo de su tercer ojo y de sus demás chakras superiores. Así, de adentro hacia afuera, y con cierta influencia de su maestra espiritual Ching Hai y del gran artista Luis Caballero a quien no conoció en persona pero ha admirado desde siempre, plasma en su lienzo impresiones muy íntimas para ella que, pese a su pasión por la anatomía humana, se originan piel adentro.


RELATO DE INMIGRACIÓN

 

Soy 3ra generación de chinos en Costa Rica. La tía de mi abuelo había venido a Costa Rica porque su marido el tío político de mi abuelo fue traído para la construcción del ferrocarril al Pacífico, como muchos de los trabajadores traídos en ese contexto migratorio. Al igual que muchos de estos trabajadores, el tío de mi abuelo se quedó, trajo a su esposa de China y se establecieron en Costa Rica como comerciantes, con un pequeño negocio propio, un bar en Puntarenas.

 

Años después, cuando su negocio ya estaba establecido, al igual que muchos chinos, comenzaron la migración hormiga con mi abuelo.

 

Mi abuelo salió de China, al igual que muchos otros en búsqueda de estabilidad político-económica. Su tía le pagó el boleto de barco hacia Puntarenas, donde llegó y cuenta que estaba tan sub-desarrollado con calles de tierra, sin electricidad, con cocinas de leña que decidió trabajar lo suficiente para pagar la deuda con la tía y devolverse a China, que estaba en mejores condiciones de desarrollo.

 

Trabajando con la tía en el bar, mi abuelo, sin saber español, atendía y servía los tragos señalando con una vara el tamaño del vaso y la botella de licor, de manera que los clientes podían pedir lo que querían. Trabajando en el bar y en un restaurante de la misma tía, mi abuelo fue recogiendo capital. Para el momento que ya había ahorrado lo suficiente para regresar a China, Puntarenas se había desarrollado rápidamente y decidió quedarse.

 

Mi abuelo luego abrió su propio restaurante y luego trajo un primo para que le ayudara, le vendía el restaurante, abría otro restaurante y traía otro familiar para que le ayudara, le vendía el restaurante, y así sucesivamente hasta haber abierto 5 restaurantes en Puntarenas: el Chung San, el Cantón, la Gran China, el Kam Kim y el Primero.

 

En ese proceso, cuando ya mi abuelo se había independizado y tenía capital suficiente, su tía le insistía en que debía casarse, por lo que envió una foto junto con otros 2 primos chinos a su pueblo natal en China, Chung San, junto con una carta, buscando esposas que vinieran a Costa Rica para casarse con ellos.

 

Mi abuela, supo de la noticia porque su hermano mayor había sido compañero de escuela de mi abuelo por lo que no era un completo desconocido a pesar de no conocerse en realidad, por lo que viajó a Costa Rica para casarse con mi abuelo. Esto no es explícitamente dicho, pero casarse con chinos de fuera de China eran opciones viables y positivas para salir de la difícil situación político-económica que atravesaban en esa época.

 

Asimismo, cuenta mi nana la señora costarricense que trabajó por más de 40 años con mi familia que en realidad mi abuela tenía un primo-novio que había ido a Perú en búsqueda de estabilidad para regresar, pero cuando regresó por ella, mi abuela le había dejado una nota de que se había ido a Costa Rica por una oportunidad.

 

Mi abuela llegó a Costa Rica, se casó con mi abuelo y tuvo a mi mamá y 3 tíos menores que ella. Siguieron trabajando como comerciantes en el área de restaurantería hasta sus 60s aproximadamente. Todos los restaurantes los vendieron cuando mi abuelo una vez le leyeron las cartas y le dijeron que iba a morir pronto. Por esa noticia, vendieron los negocios y viajó con mi abuela, pero no murió cuando le habían predicho. No obstante, ya habían vendido los negocios y alquilado las propiedades, por lo que se dedicaron a los alquileres.

 

Sus hijos, entre ellos, mi mamá, todos estudiaron y cada quién se dedicó a diferentes cosas. Mi mamá y el 2ro de mis tíos a la docencia, y mi 3do y 4to tío a los negocios propios, como emprendedores comerciantes también.

 

Mi mamá fue la única que se casó con otro chino.